En un contexto de negocio cada vez más competitivo y ya absolutamente global es necesario para cualquier empresa comercial contar con todas las herramientas tecnológicas posibles a su alcance. Entre esas herramientas está la TPV virtual. La pregunta es hasta qué punto es compatible con el cobro telefónico…
La respuesta es contundente. No solo es compatible, sino que es una de las armas más eficaces en las que puede apoyarse un comercio electrónico para crecer. Para ello, eso sí, es absolutamente imprescindible (por el bien tanto del cliente como de la empresa) que contemos con un sistema seguro.
¿Qué es una TPV virtual?
Si sabes lo que es una TPV, sabes lo que es una TPV virtual; un dispositivo para gestionar compras con tarjeta, pero instalado en la nube. Esto quiere decir que no tiene ningún componente de hardware, o sea, físico, sino que toda la transacción se realiza de forma digital. Esto convierte la TPV virtual en una poderosísima herramienta para el e-commerce.
¿Por qué? Esta opción ofrece mayor comodidad tanto para el cliente como para la empresa, y (esto es lo más interesante para el negocio) un aumento de las ventas, una disminución de la morosidad y una gestión mucho más ágil de los cobros. Y esto, ¡sin la necesidad de tener un punto de venta físico!
Como ya te contábamos otro día hablando de la integración entre TPV y centralita virtual, el cliente con el que contactamos por teléfono es transferido por el agente de ventas (o de atención al cliente) a un sistema automático que recoge los datos y los transmite a la entidad bancaria. Pero muchos clientes potenciales todavía se preguntan: “¿pero esto es seguro?”
El desafío de la MO/TO
Nada que ver con el mundo de las dos ruedas y el motor. Nos estamos refiriendo a la sigla de “mail order / telephone order”, el término habitual para referirnos a las transacciones con tarjeta en las que el titular no está presente (ni por supuesto la propia tarjeta de crédito o débito) al dar la orden de compra.
Muy presente en el mundo del comercio online, este método de cobro nos permite llegar a muchísimos más clientes y agiliza enormemente las transacciones, pero tiene un lado más oscuro: está entre los métodos con mayor riesgo de fraude y más chargeback (retrocesión de cargo). Eso hace que las entidades bancarias se resistan a facilitar este canal de pago…
La solución pasa por utilizar un sistema automatizado sin intervención humana como el de PAYby CALL, incomparablemente más seguro que el sistema de código CVV/CVC ya que en ningún momento ningún agente tiene acceso los datos personales o bancarios del comprador, ni se almacena ninguno de ellos en ningún lugar.
Técnicamente hablando…
Sin ánimo de ponernos demasiado técnicos, vamos a presentar esquemáticamente el funcionamiento de una TPV virtual en el sistema de cobro telefónico con tarjeta.
- La TPV virtual funciona como una pasarela de pagos, pues pone en contacto diferentes plataformas y gestiona la integración de CMS comerciales, software de entidades bancarias, etc.
- Al producirse la decisión de compra, el comercio se pone en contacto con su TPV virtual de elección (puede ser de la propia entidad bancaria o un intermediario como Redsys).
- Tras “reconocerse” de forma segura, el cliente (en este caso su llamada telefónica) es conectado directamente a la TPV virtual e introduce sus datos; la TPV los comprueba y los remite a la entidad bancaria.
- Para finalizar y ejecutar la compraventa con éxito, se le solita al cliente un proceso de autorización, bien mediante un código de seguridad o algún otro método de confirmación preestablecido.
Como tu datáfono, pero en remoto
Esta sería la forma más sencilla de verlo: la TPV virtual de tu negocio convierte el teléfono de tus clientes en un datáfono; y con PAYby CALL, ¡totalmente seguro!